Integración vertical e integración horizontal, cómo funcionan
En un entorno tan competitivo con el que nos encontramos hoy en día, no es fácil mantener la posición en un mercado, los cambios están a la orden del día en casi cualquier área del entorno de la empresa: cambios tecnológicos, económicos, geopolíticos, de hábitos de consumo o incluso sanitarios, como hemos visto recientemente, que hacen que las empresas estén continuamente repensando sus estrategias para mantener su supervivencia y retribuir al accionista. Una de las formas que tienen las empresas para cumplir con este fin es el crecimiento, a mayor tamaño más partido se obtiene de las economías de escala, lo que repercute en una mayor eficiencia de las compañías. Este crecimiento se puede llevar a cabo de forma natural o bien mediante integración, en alguna de sus dos variantes, la integración vertical o la integración horizontal.
Integración vertical
La integración vertical supone crear o adquirir una o varias compañías que llevan a cabo actividades que la empresa normalmente ha delegado en terceros. Por ejemplo, un fabricante de teléfonos móviles podría comprar una empresa manufacturera de microchips o bien crear una sociedad para llevar a cabo esa actividad y poder tener el control sobre esta. En función de hacia dónde se oriente la integración hablamos de tres tipos:
- Integración vertical hacia atrás: cuando se adquieren o integran proveedores, como el ejemplo que hemos citado.
- Integración vertical hacia adelante: cuando se adquieren o integran las actividades posteriores a las de la empresa en la cadena de suministro. Para el caso de la empresa fabricante de móviles sería, por ejemplo, adquirir una red de tiendas para distribuir su producto.
- Integración vertical compensada: cuando se llevan a cabo la integración vertical hacia adelante y hacia atrás, de forma simultánea.
Las características principales de este tipo de integración son:
- Permite un mayor control sobre el proceso de producción y distribución al tener el control de más actividades dentro de la cadena de suministro.
- Reduce la dependencia de terceros, lo que asegura el suministro en toda la cadena y, lógicamente, permite mejorar márgenes.
- Permite diversificar riesgos hacia actividades diferentes del core business de la empresa, aunque se trate de actividades afines.
- El principal inconveniente es la falta de experiencia de la empresa ante nuevas actividades que no son su especialidad, este punto podría generar ineficiencias en el proceso.
Integración horizontal
En cuanto a este tipo de integración lo que la empresa hace es comprar o crear otra compañía que hace su misma actividad, de forma que únicamente gana tamaño y, posiblemente, en presencia geográfica. Las principales características de la integración horizontal son:
- La empresa gana poder de negociación frente a sus proveedores y posiblemente también frente a sus clientes, lo que le permite obtener mayores márgenes (economías de escala).
- Permite reducir la competencia al integrar a esta dentro de la compañía.
- Por el contrario, como inconveniente, tendríamos que la empresa concentra riesgos en una misma actividad.
Ambas formas de integración, aunque se realizan de forma diferente, persiguen objetivos similares muy orientados a aprovechar mejor las economías de escala, pero ambas tienen un inconveniente común: cuanto mayor es la empresa menor agilidad tiene y más le cuesta adaptarse a cambios bruscos de mercado.