La
Tasa Interna de Retorno (TIR) es una medida de rentabilidad de proyectos de inversión. Para cualquier proyecto que sea necesario valorar, se supone que existe una inversión inicial y una serie temporal de cobros y pagos futuros derivados de ésta, sobre los que calcular la rentabilidad obtenida.
La TIR está íntimamente ligada al Valor Actual Neto o VAN, pues es la rentabilidad que hace que el VAN sea cero. El principal problema de la TIR es su cálculo, porque genera una ecuación con orden igual al número de periodos del proyecto, por lo que es necesario recurrir a calculadoras financieras y programas informáticos para obtenerla, pues el cálculo manual no es posible hacerlo en la mayoría de los casos.
Cómo calcular la TIR
La TIR se calcula según la siguiente fórmula:
Dónde:
Ft: son los flujos derivados del proyecto.
Io: es la inversión inicial realizada para el proyecto.
n: es el número de periodos a considerar.
El criterio de selección de proyectos de inversión en base a la TIR se basa en la “k”, que es la tasa utilizada para actualizar los flujos de caja y que se compara con la TIR para determinar si hay que seleccionar o no el proyecto:
- Si TIR > k el proyecto de inversión es aceptado porque se obtiene una tasa superior a la tasa mínima exigida
- Si TIR < k el proyecto debe rechazarse porque no se alcanza la rentabilidad mínima.
El método de la TIR tiene los siguientes inconvenientes cómo método de selección de inversiones:
- Supone que los flujos de caja derivados del proyecto se reinvierten a la misma tasa, cosa que a la práctica no suele suceder, salvo en el sector financiero.
- Por su forma de cálculo podría dar resultados sin sentido económico.
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