Principales vías de financiación para PYMEs
El ámbito de financiación para pymes está cambiando desde la crisis de 2008. El ritmo al que se está llevando a cabo el proceso está siendo lento, pero podemos decir que, algo más de 10 años después de la gran crisis, la oferta está equilibrada entre las tres grandes vías de financiación para pymes: financiación bancaria, financiación alternativa y financiación pública, sin olvidar que, para garantizar la supervivencia de cualquier empresa, estas vías de financiación externa deben ir acompañadas de autofinanciación.
Financiación bancaria
Sin duda alguna es la primera vía de financiación externa a la que acuden las pymes. El sector bancario sigue liderando el ámbito de financiación empresarial en cuanto a productos y condiciones, pero está en plena fase de reconversión y la oferta de entidades es cada vez más reducida, además de estar sometidos, los bancos, a una estricta supervisión, lo que en muchas ocasiones entorpece el proceso de crédito. La financiación bancaria irá perdiendo peso en la estructura de financiación de las pymes en los próximos años, pero seguirá asumiendo un papel relevante.
Con la financiación bancaria las pymes pueden cubrir prácticamente todas las necesidades financieras, no sólo de financiación: financiación de circulante, financiación de activos fijos o de proyectos de expansión, circuito de cobros y pagos, operativa internacional y el ámbito asegurador, entre mucho otros.
Financiación alternativa
Aunque es todavía joven en nuestro país, la financiación no bancara sigue creciendo y consolidándose como una alternativa a la financiación tradicional con un papel cada vez más relevante en la estructura financiera de la pyme. El ámbito de la financiación alternativa se compone de muchas entidades, con productos muy específicos, normalmente distintos a los del sector bancario o con alguna ventaja concreta. Nos encontramos entonces con muchas entidades y con pocos productos por entidad, lo que hace difícil cubrir todas las necesidades sólo con financiación alternativa, pero sin duda hay que tenerlas muy en cuenta para compensar el proceso de concentración bancaria. Otra característica que diferencia a las entidades de financiación alternativa entre ellas mismas es como se fondean, unas lo hacen con la aportación de inversores institucionales, otras con inversores particulares (crowdfunding), con fondos públicos o con fondos propios. Este hecho es importante para la empresa desde el punto de vista de la capacidad de financiación de este canal, y de cómo se desarrolla el proceso de crédito con cada entidad.
Las pymes pueden cubrir necesidades de circulante o de inversión con la financiación alternativa, si bien la oferta en general es más amplia en la financiación a corto plazo que a largo plazo, y las condiciones económicas superiores a la financiación tradicional. Las pymes pueden encontrar productos como el factoring, factura a factura o soportado en una línea, confirming, préstamos a corto plazo, préstamos a largo plazo, hipotecarios o no, líneas de financiación de importaciones y exportaciones y mucho más.
Financiación pública
La financiación pública ha crecido de forma importante desde 2008 para suplir el hueco que ha ido dejando el sector bancario. El abanico de entidades en este ámbito es tremendamente amplio, ya sea a nivel regional, nacional o europeo, hay multitud de organismos que canalizan fondos públicos. Entidades como el ICO, el CDTI, ENISA, el FEI o el BEI son los más habituales, pero hay muchos más, teniendo un papel muy destacado las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), que prestan garantía a las pymes para que puedan solicitar financiación tanto en el ámbito bancario como en el no bancario. La financiación pública se canaliza a través de un tercero, normalmente los bancos, aunque hay cada vez más entidades de financiación alternativa que la canalizan, o de forma directa con la entidad pública que gestiona los fondos. La canalización de los fondos a través de un tercero supone muchas veces un problema, especialmente cuando se trata del sector bancario, pues estando en plena fase de reconversión como están, en ocasiones no hacen fluir bien el crédito público. En cuanto a la canalización directa a través del organismo que gestiona los fondos de forma directa tiene la ventaja de que se canaliza de forma más directa, pero el proceso es muy lento porque normalmente no están bien preparados para la canalización.
Las pymes pueden acceder a casi toda la oferta de productos financieros a través de organismos públicos, donde además destacan unas condiciones económicas muy favorables y plazos de amortización muy cómodos para las pymes.
Autofinanciación
No hay que descuidar que, para una correcta financiación, una parte importante de la estructura financiera debe corresponder a la autofinanciación. Primero aprovechando el propio circuito de cobros y pagos con clientes y proveedores, segundo con la acumulación de reservas gracias a los beneficios empresariales y, por último, pero seguramente el más importante al inicio de la actividad, con un capital propio suficiente para no quebrar al primer contratiempo y no tener recurrir a la financiación ajena desde el primer momento.