Empezábamos este 2024 con buenas noticias referentes al Euribor. La referencia más utilizada para calcular el tipo de interés hipotecario, el Euribor a 12 meses, cayó con fuerza hasta el 3,609% dando la primera señal seria de que los tiempos de tipos al alza se habían terminado, y es cierto, la curva es descendente a medio plazo, pero no al ritmo con que se dio la vuelta en un primero momento, si no que de forma más pausada.
La media mensual del Euribor hipotecario de marzo ha cerrado en el 3,72%. Esto es un +0,051% respecto al mes de febrero y, lo peor aún, un +0,075% superior a la de marzo de 2023, lo que significa que las hipotecas con revisión del tipo en marzo volverán a subir, muy poco, pero en definitiva es una nueva vuelta de tuerca para los hipotecados.
No se trata, como decíamos, de un cambio de tendencia si no más bien de una corrección desde el mínimo de enero, que fue el mínimo en trece meses. Esta pequeña corrección hace que el Euribor hipotecario todavía crezca en términos interanuales, aunque en tasas muy reducidas que indican que los tipos al alza ya han quedado atrás a medio plazo. Las previsiones apuntan a que tendremos que esperar hasta el segundo semestre de este 2024 para asistir a los primeros recortes en términos interanuales, así que el primer alivio para los hipotecados llegaría a finales de este verano.
Una señal de que los tipos caerán a medio plazo es la cotización de las diferentes referencias temporales del Euribor más conocida como curva de tipos. Cuando los tipos están aumentando el tipo de interés a 12 meses es superior a cualquier referencia a un plazo inferior, pero cuando la previsión es de recortes sucede lo contrario, las referencias a corto plazo son superiores a las de largo, y eso es justo lo que está sucediendo ahora mismo: el Euribor a 12 meses cerraba el día 26 de marzo en el 3,675%, mientras que las referencias a 6 y 3 meses cerraban en el 3,858% y en el 3,902% respectivamente.
Esta situación da como resultado que la financiación de circulante utilizada por las empresas para su financiación operativa tiene un coste financiero superior al de la financiación inversiones a largo plazo, drenando liquidez precisamente para poder invertir y ganar en competitividad. En este escenario lo recomendable es contratar la financiación empresarial a tipo variable con frecuencia de revisión al menor plazo posible, revisión mensual preferiblemente, para ir trasladando el menor coste a la cuenta de resultados a un mayor ritmo.
Pero este escenario de curva de tipos invertida también está premiando a empresas con excedentes de liquidez, cuyo interés ahora mismo también pasaría por invertir a corto plazo para maximizar las ganancias, pero a tipo fijo sin revisiones hasta vencimiento.