Tras la última cumbre de Bruselas del pasado 14 de diciembre, los líderes europeos ratifican el acuerdo de mínimos aprobado diez días atrás referente a las medidas para reducir el riesgo bancario.
Sin embargo, pese a los avances, el reto de avanzar hacia la unión bancaria de la UE y dotar la eurozona de instrumentos eficaces para resistir la próxima crisis financiera no termina de llegar a su punto final. Este proyecto que surgió en 2012 con el objetivo de centralizar la supervisión y el rescate de los bancos y crear una garantía europea de los depósitos se queda de nuevo a las puertas de alcanzar el consenso.
Reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad, el fondo de rescate
La reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y la creación de una red de seguridad, backstop, para situaciones de crisis financieras, han sido unos de los pocos avances conseguidos en la cumbre respecto a la unión bancaria en la UE.
Esta reforma pretende una mayor flexibilidad en la concesión de líneas de crédito preventivas a aquellos países miembros que presenten dificultades. De esta forma, accederán a la línea de ayuda de manera precautoria para evitar un rescate público por quiebra, en el caso de que los recursos del Fondo Único de Resolución (FUR) no sean suficientes. El acuerdo promueve la sostenibilidad de la deuda pública a partir de 2022, entrando en juego cláusulas de acción colectivas y de agregación simple en las emisiones de bonos.
Este refuerzo del Fondo Europeo de Rescate tiene como objetivo supervisar los rescates, tanto desde un foco económico, como de diseño y vigilancia. Se prevé que su implementación sea antes de 2024, y en 2020 se evaluará si se ha progresado en la reducción de riesgos.
Aunque no pasa a ser un Fondo Monetario Europeo manteniendo todos los países su poder de veto.
Sin acuerdo para la garantía europea de depósitos bancarios
Una de las cuestiones más discutidas y en la que no se ha logrado un progreso es en la creación de un fondo único de garantía de depósitos (EDIS). Alemania continua con su oposición, por lo que se ha creado un grupo de expertos que debatirán y decidirán hasta junio de 2019 sobre los próximos pasos.
Aún queda pendiente la aprobación final de las nuevas medidas tomadas por la UE para reducir el riesgo bancario, en aras de conseguir un marco de estabilidad y unión bancaria en la UE. El objetivo es conseguir avances ambiciosos en la unión de los mercados de capitales para la primavera del próximo año.
La mutualización de riesgos aún está lejos ya que la banca germana no aprueba proteger bancos de Italia, Chipre o Grecia. Y sin una garantía que ofrezca la misma protección a los depósitos por debajo de 100.000 euros de cualquier ciudadano europeo, la unión bancaria de la UE no se consolida.
Presupuesto para la eurozona
Impulsado por Francia, con el apoyo de Alemania, se comienza a trabajar en la creación de un instrumento presupuestario para fomentar la competitividad y convergencia de la zona euro.
Este instrumento será parte del presupuesto de la UE y su dirección estratégica recaerá en los países miembros, con el fin de crear una base de posible asistencia a aquellos países que puedan estar sufriendo una crisis puntual.
Pero esta propuesta no ha contado con unanimidad. Países Bajos, nórdicos y bálticos, entre otros, no apoyan la iniciativa, aunque han aceptado analizarla si su función se limita a fomentar la convergencia y la competitividad de la UE.
Los ministros de finanzas de cada Estado tendrán la labor de diseñar las modalidades de implementación de este instrumento presupuestario, así como la elaboración de un calendario. Aún así, sus características no serán acordadas hasta junio del próximo año. En cuanto a su volumen, será determinado en la negociación del marco financiero plurianual para 2021.