El Value at Risk, más conocido como VAR, es un indicador financiero del ámbito de la inversión que permite determinar cuál será la pérdida máxima a la que puede llegar un activo o una cartera, en base a una probabilidad y a un horizonte temporal.
Por ejemplo, si para un fondo de inversión en renta fija high yield tenemos un VAR del 6%, significa que, cómo máximo, llegaría a una pérdida de un 6%. Como decíamos antes, hay que tener en cuenta que esta pérdida está asociada un horizonte temporal, supongamos un año, y a una probabilidad de ocurrencia, que con frecuencia es del 95%, de forma que este fondo llegará, cómo máximo, a una pérdida del 6% en un año, con una confianza del 95%.
Es un método muy extendido para tener una visión rápida del riesgo de un activo o una cartera de inversión porque resume mucho en un solo dato.
Cómo calcular el VAR
Existen tres formas de calcular el VAR. Cada una de ellas será más apta en función de la cantidad de información disponible y de los recursos para explotarla:
- Analítica o paramétrica: asume que la distribución de rentabilidades de un activo o cartera sigue una distribución normal, esta es una de sus ventajas, pero también uno de sus inconvenientes porque no siempre se da una distribución normal de rendimientos. Bajo este supuesto el VAR se calcula:
VAR = R – Z x σ
Dónde:
Por ejemplo, si una determinada acción tiene una rentabilidad esperada del 6% anual y una volatilidad, también anual, del 12%, el VAR a 1 año será:
VAR = 6% - 1,645 x 12% = -13,74%
Por tanto, para esta acción, la pérdida máxima a un año y con un intervalo de confianza del 95%, será del 13,74%.
- Simulación histórica: emplea datos históricos de mercado para calcular el VAR. Es necesario contar con una cantidad importante de información para aplicar este método correctamente, de forma que no está al alcance de todos.
- Simulación de Montecarlo: este método debe llevarse a cabo con ordenador. Permite simular una gran cantidad de escenarios de rentabilidad con los que obtener el VAR. Es un buen método si no disponemos de datos históricos.
VAR de una cartera de inversión
Además de calcular el VAR de un activo financiero, lo más interesante es que es posible calcular el VAR de una cartera de activos. Como hemos visto, si tenemos la rentabilidad y la desviación standard, es fácil obtenerla por el método analítico o paramétrico y, gracias a este indicador, podemos eliminar el riesgo no sistemático: para cualquier inversión existe un riesgo de mercado, es decir, el riesgo de fluctuación de precios, concretamente, existen dos tipos de riesgo de mercado:
- Riesgo sistemático: es el riesgo asociado a un mercado y no se puede eliminar. Por ejemplo, la evolución de la economía o el estallido de una guerra afecta a todos los activos de un mercado.
- Riesgo no sistemático: es el asociado a un determinado activo y se puede eliminar mediante la diversificación. Es el asociado a la empresa que emite el activo y depende de sus circunstancias particulares.
El VAR es una gran herramienta para eliminar el riesgo no sistemático porque permite comparar el VAR de los activos financieros con el de la cartera. Conforme el VAR de la cartera es inferior al de los activos que lo componen, menor será el riesgo no sistemático.
Ventajas e inconvenientes del VAR
Como cualquier otro indicador financiero, el VAR tiene sus ventajas pero también tiene sus inconvenientes, por lo que es recomendable interpretarlo adecuadamente y utilizarlo junto a otros indicadores de riesgo para contrastar su veracidad.
Ventajas del VAR
- Es una forma sencilla de calcular el riesgo de un activo.
- Permite, no sólo calcular el VAR de un activo si no también el de la cartera, lo que permite analizar si la diversificación es la correcta, es decir, si es aquella que reduce la volatilidad sin reducir la rentabilidad esperada.
- Es un indicador fácilmente comparable, lo que ayuda a optimizar la selección de activos de inversión.
Inconvenientes del VAR
- No tiene en cuenta los peores escenarios. Al calcularse con un intervalo de confianza, siempre hay lugar a una pérdida superior a la que marca el VAR.
- Es un fundamental que los datos de entrada para calcular el VAR sean correctos, en caso contrario el dato obtenido no servirá para tomar decisiones adecuadamente.
- No siempre los activos o carteras siguen una distribución normal, lo que puede limitar la idoneidad del cálculo analítico o paramétrico, especialmente en distribuciones de rendimiento de colas largas (kurtosis) y asimetrías (skewness).