En el ámbito financiero coexisten un sinfín de opciones e instrumentos de financiación, desde el préstamo bullet hasta el préstamo hipotecario, hay centenares de opciones para cubrir casi cualquier necesidad. Hoy hablaremos de una de estas opciones, en concreto, del préstamo lombardo, un producto de financiación garantizada con una cartera de inversión.
El préstamo lombardo es un tipo de financiación garantizada mediante la aportación de valores o activos financieros líquidos, como acciones, bonos, fondos de inversión o depósitos. Es muy utilizado por bancos y entidades financieras para ofrecer liquidez a sus clientes con patrimonio financiero, sin necesidad de deshacer su estrategia de inversión.
Aunque el funcionamiento es parecido al de la pignoración, tiene una diferencia muy importante con esta, y es que, mientras en la pignoración el activo financiero queda bloqueado y no es posible operar con él, en el préstamo lombardo no hablamos de pignoración sino de afectación, que es un término más flexible: afecta a un producto o cartera y es posible modificar la cartera o producto siempre que cubra la garantía que solicita el banco o entidad financiera.
Este tipo de préstamo recibe su nombre por su origen histórico en la banca medieval de la región de Lombardía (Italia), donde se practicaban operaciones de préstamo respaldadas por activos.
Por tanto, las características más importantes del préstamo lombardo serían:
- Liquidez accesible: Permite obtener financiación de forma rápida sin deshacerse de la inversión. El estudio de riesgo se basa en la cartera financiera, de forma que el proceso de análisis es ágil.
- Intereses y plazo: Cuentan con tipos de interés más bajos que un préstamo personal, debido a la existencia de garantías, y plazos cortos o renovables.
- Garantía financiera: El préstamo se asegura con activos fácilmente realizables, que quedan afectados durante la vigencia del contrato de préstamo.
- Porcentaje de cobertura: El importe prestado suele ser un porcentaje del valor de mercado de los activos afectados, que es mayor o menor en función del riesgo de la inversión.
Por ejemplo, imagina un inversor con una cartera de bonos valorada en 100.000 euros. Decide solicitar un préstamo lombardo a su banco, que le concede el 70% del valor de la cartera, es decir, 70.000 euros, a un tipo de interés competitivo. Durante el plazo del préstamo, los bonos quedan afectados y no puede liquidarlos, aunque puede cambiarlos por otros equivalentes o de menor riesgo, a la vez que siguen generando rendimientos.
El préstamo lombardo, por tanto, es una opción interesante para perfiles con patrimonio financiero que necesitan financiación puntual sin renunciar a su estrategia de inversión y sin las restricciones de la pignoración.