Las empresas aminoran su crecimiento en 2018
El Banco de España ha publicado los resultados de las empresas no financieras del primer trimestre de 2018. De acuerdo con la información de la Central de Balances del Banco de España, que contiene una muestra representativa del tejido empresarial, tanto por sector, como por tamaño como por localización, la actividad expansiva sigue adelante, aunque se reduce el ritmo de crecimiento.
El Valor Añadido Bruto (VAB) crece, en el primer trimestre de 2018, a un ritmo del 2.7% interanual, se trata de un crecimiento destacable pero más débil que el 3.6% del año pasado. En cuanto al empleo se mantiene prácticamente sin cambios, cerrando en este primer tramo del año con un crecimiento del 1.5% vs el 1.4% del 2017. Por su lado, los gastos de personal han crecido un 2.6% vs el 1% de 2017.
El avance de la actividad productiva, junto al crecimiento de los ingresos financieros y el descenso de los gastos ligados a la financiación ajena recibida, ha favorecido la expansión del Resultado Ordinario Neto (RON), que crece un 15.9% interanual, un ritmo menor al 18.4% de 2017, pero un crecimiento sólido, en cualquier caso.
Además, algunas partidas no recurrentes, principalmente plusvalías por venta de activos financieros, han elevado el beneficio final, durante este 2018, un 39.3%, cifra que contrasta con el descenso del 26.7% del año anterior.
En cuanto a las dos medidas por excelencia para medir la rentabilidad de la empresa, el ROA y el ROE, presentan cifras claramente expansivas. Por su lado, el ROA (Rentabilidad sobre los activos), aumentó en cuatro décimas hasta el 3.4% y, el ROE (Rentabilidad sobre los recursos propios), ha pasado del 3.7% al 4.4%. Cabe destacar que este resultado expansivo de ROA y ROE, se ha concentrado, fundamentalmente, en una pequeña parte de la muestra del estudio de empresas de tamaño muy grande.
En cuanto a la evolución de la deuda, crece ligeramente la proporción de deuda en balance en comparación de 2017 y, del mismo modo, crece la ratio de deuda sobre beneficios de explotación. En cambio, la ratio de carga financiera, que se calcula como el cociente entre los gastos financieros y los resultados, siguió descendiendo como consecuencia de los menores gastos financieros ligados a la financiación, aunque la mejora es menor a la de 2017.
En términos generales se trata de una actividad expansiva, la del primer trimestre de 2018, con muchos peros y comas. Por su lado la cifra de negocio crece en términos agregados, pero menos que en 2017, el RON crece pero sólo por la evolución positiva de los tipos de interés, que siguieron cayendo, el Resultado Neto creció, pero apoyado en ventas extraordinarias de activos financieros no ligados a la actividad productiva de forma directa, ROA y ROE mejoran en términos agregados pero muy concentrados en las grandes empresas y, por último, la proporción de deuda en balance crece, aunque a las empresas, esta deuda adicional, les cuesta proporcionalmente menos. En conclusión, la actividad se está frenando, aunque aún hay inercia de crecimiento muy apoyada en los tipos de interés y podríamos empezar a ver, en unos pocos trimestres, como las empresas dejan de crecer para estabilizarse, o incluso decrecer, solo cabría esperar que este aterrizaje fuese suave, y si no lo fuera, toca prepararse.