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13-09-2020

La importancia de la cirbe al solicitar financiación

La mayoría de empresas tienen especial cuidado, al cerrar el ejercicio, en presentar un balance y una cuenta de resultados lo más vistosa posible, dentro de las circunstancias de cada empresa, pero pocas, o muy pocas, tienen el mismo cuidado con la Cirbe. La Cirbe es la deuda bancaria de la empresa, y es un documento al que acceden bancos y otros fondeadores para estudiar nuevas operaciones de crédito o, simplemente, para renovar las posiciones que mantiene la empresa con la entidad. Se trata de un documento que tiene tanto peso como los estados financieros en el análisis de riesgo de una empresa.

Os recordamos que tenéis disponible la plantilla para hacer informes sobre la cirbe en la sección de calculadoras y plantillas. Se trata de una plantilla sencilla para interpretar la cirbe de una empresa.

Cómo analizar la cirbe

La cirbe se divide en tres grandes bloques que hay que se analizan por separado:

Financiación de corto plazo: Se trata de la financiación de circulante que la empresa mantiene con la banca, dividida en cuatro secciones en función de la tipología de producto financiero.

  • Riesgo comercial: Incluye todo el papel comercial descontado bajo una línea de descuento, ya sean recibos o adeudos sepa, pagarés, letras de cambio u otros. Esta cifra se compara con las ventas de la empresa para determinar qué necesidades de anticipo está cubriendo. La alarma salta cuando hay incoherencias con el plazo de cobro medio, es decir, supongamos una empresa que factura 1M de euros, según su balance tiene un plazo medio de cobro de 90 días, pero en cirbe tiene 500 mil euros de riesgo comercial. Esto podría decirnos que la empresa tiene impagados porque, cobrando a 90 días, lo máximo que debería tener en riesgo comercial son 250 mil euros, es decir, una cuarta parte de su facturación.
  • Riesgo financiero a corto plazo: Esta sección es más extensa que la anterior puesto que cubre un abanico de productos de financiación para empresas más amplio. Aquí se engloban: la póliza de crédito, financiación de importaciones o exportaciones (pre y post), el anticipo de facturas, el confirming y el confirming pronto pago, es decir, toda aquella financiación de corto plazo sin papel comercial como colateral.
  • Riesgo de factoring: Se trata de todas aquellas obligaciones que la empresa debe asumir como consecuencia del pago de facturas a través de factoring.
  • Riesgo de firma: incluye líneas de avales y créditos documentarios. En cirbe, este bloque se publica por separado porque no genera Servicio a la Deuda y no perjudica directamente al fondo de maniobra de la empresa. Aún y así, la entidad lo va a tener en cuenta para valorarlo como una parte más de toda la deuda, y analizará si la empresa sería capaz de asumir, en el caso de los avales, el cumplimiento de sus obligaciones en caso de contratiempos. La empresa puede asumirlo con tesorería, con disponibles en líneas de financiación circulante o con nueva caja generada a lo largo del año (Cash Flow).



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La cirbe, en los riesgos comerciales, financieros y de firma, computa dos apartados de vital importancia para el análisis de riesgo:

  • El dispuesto: Es decir, la cifra que la empresa tiene efectivamente utilizada para financiarse.
  • El disponible: Es decir, la suma de la parte no utilizada de todas estas líneas de financiación a corto plazo.
Así que, en lo que se refiere a esta primera sección de corto plazo de la cirbe, la entidad va a analizar:

  • % de disponible sobre toda la deuda: Este porcentaje no debería ser inferior al 20%. Es una medida de la capacidad de la empresa a reaccionar ante un cambio en su entorno en el rabioso corto plazo.
  • Necesidades Operativas de Fondo de Maniobra (NOFM), Fondo de Maniobra (FM) y Financiación a corto plazo: La diferencia entre las NOFM y el FM debe ser la financiación a corto plazo que la empresa tiene dispuesta en cirbe, excluido el riesgo de firmas y el riesgo de factoring, otras combinaciones resultarán    extrañas para el analista y pedirá explicaciones. Las NOFM se definen como el FM que la empresa necesita según su estructura de cuenta de resultados y sus plazos de cobro, pago y existencias (plazo de flujo de caja). Todo aquello que la empresa necesite por encima de su FM real, lo debe financiar con deuda a corto plazo. La fórmula de las NOFM se define:
(Aprovisionamientos x Plazo Medio Flujo de Caja) + (Gastos de Explotación x Plazo medio de cobro) / 365

Financiación de largo plazo
: Se trata de préstamos y leasings que la empresa mantiene con su pool de bancos. En este apartado se contabiliza la deuda viva, por lo que es una cifra que se va reduciendo mes a mes si la empresa la amortiza con normalidad. De este apartado la entidad puede hacer una estimación, con mayor o menor precisión, de las cuotas anuales que la empresa debe asumir por su deuda, lo que se conoce como servicio a la deuda, y esta cifra no debe superar el cash flow de la empresa, porque, de lo contrario, significa que la empresa no puede pagar sus deudas y va a ser imposible la entidad vea favorable cualquier otra operación nueva de financiación a largo plazo. 

Riesgo Indirecto, que no es poco importante. Se trata de todas aquellas operaciones de crédito que la empresa en cuestión está avalando a terceros y por las que responde en caso de impago de su titular. Aquí es muy habitual que la empresa esté avalando, por ejemplo, un préstamo hipotecario para la adquisición de inmuebles en favor de una sociedad patrimonial, inmuebles donde la empresa lleva a cabo su actividad. La entidad va a pedir el detalle de esta deuda y lo va a englobar en el apartado que corresponda, ya sea a corto o largo plazo, y va a valorar la capacidad de la empresa de hacer frente a esta deuda en caso de que la titular de la misma no pueda hacerlo, así como la capacidad de la empresa titular de hacer frente a esta financiación. En estos casos estamos hablando de Grupo de Riesgo Empresarial, más allá de que formen Grupo Legal o no.

¿Qué situaciones suponen una alarma en base a la cirbe?

 1. Las ventas de la empresa decrecen pero la cirbe aumenta mes a mes: es la última situación con que nos gustaría encontrarnos. Significa que la empresa está financiando pérdidas con deuda.

 2. No hay disponibles en cirbe: Esto significa que la empresa tiene poca cintura para afrontar contratiempos, eso podría generar tensiones de liquidez que pueden impedir a la empresa pagar en el corto plazo.

 3. El riesgo indirecto es muy superior al que la empresa puede soportar, y la empresa titular de la deuda tiene unos estados financieros muy flojos, es decir, es de solvencia comprometida.

 4. La empresa sólo tiene financiación a largo plazo, no tiene nada a corto plazo y las NOFM>FM: la banca no está prestando circulante a la empresa y ha  apalancado la deuda a corto para reducir su exposición, por lo que todo el conjunto de bancos ha tomado la decisión de no financiar e iniciar una salida ordenada. Esto se agrava si los préstamos tienen garantía hipotecaria.

 5. Hay incidencias en cirbe: La entidad intenta medir la probabilidad de que la empresa impague su deuda en el futuro. Si la empresa ya está impagando hoy, la entidad no va a conceder nueva financiación a la empresa.

Algunos consejos para gestionar la cirbe

Por un lado, es recomendable consultar la cirbe mensualmente con la intención de controlar las principales variables, con especial atención a los disponibles y al peso de la deuda a largo y corto plazo. Además, es muy habitual que los bancos cometan errores al enviar la información de sus clientes, así que cotejar que lo que hay informado en cirbe se corresponde con la deuda real de la empresa es imprescindible. Se puede solicitar la cirbe a través de la web del Banco de España y su recepción es casi instantánea.

Por otro lado, la cirbe cierra datos cada día 30, en ese día la mayor parte de las empresas tienen los disponibles por los suelos. Una forma de hacer subir los disponibles es cambiar los días de cobro y pago con clientes y proveedores, de forma que el disponible sea el máximo posible el día 30. Un ejemplo sería poner como día de cobro el día 20, y día de pago el 10 y, para rizar el rizo, si la plantilla de personal no tiene inconveniente, proponer el pago de nóminas para el día 5. Estos pequeños cambios darán la mejor foto posible el día de cierre de cirbe.

Y, por último, diversificar las fuentes de financiación hacia instrumentos que no tienen obligación de informar a la cirbe, como los fondos de inversión. Esta deuda no perjudica ni a los disponibles ni al cómputo total de deuda en cirbe.

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