La creación de empresas en Marzo, la más alta desde 2008
Después de encadenar cinco meses de retrocesos interanuales, la creación de empresas vuelve a terreno positivo, y lo hace con fuerza. Según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística el pasado viernes, en marzo de 2017 se han creado 10.548 sociedades mercantiles, un 7.3% más que en el mismo mes de 2016, y la cifra más alta desde abril de 2008.
En cuanto al capital suscrito por estas nuevas compañías, su media se sitúa en los 37.101 euros, un 16% menos que en el acumulado hasta marzo de 2016, para sumar un total de 391 millones de euros de capital, un 19.9% menos que en el primer trimestre de 2016.
El INE ha publicado también las ampliaciones de capital llevadas a cabo por sociedades mercantiles ya creadas, y los datos son también positivos. En marzo las empresas ampliaron capital por 3.488 millones de euros, un 10.5% más que en el primer trimestre de 2016 y con una media por compañía de 1.13 millones, un 4.8% más en el acumulado del año.
Por ramos de actividad la creación de empresas se concentra en el sector del Comercio (+22.6%), Construcción (+15.1%) y el sector Inmobiliario, Financiero y Asegurador (11.7%). En el otro lado de la balanza, Información y Comunicaciones (+4.6%), Transporte (+2.9%) y Agricultura (+2.8%).
Por comunidades autónomas, lideran la creación de empresas Madrid, con 2.120 sociedades (+7.7%), Cataluña, con 2.117 (+6%), y Andalucía con 1.784 (+8.8%), situándose en la cola La Rioja, con 47 (-4.1%), Cantabria, con 66 (-32%) y Navarra con 88 (+8.6%).
Por el lado de las disoluciones, marzo cierra con 1.986 empresas disueltas, un 11.8% más que marzo de 2016. De éstas, cerca del 78% lo hicieron voluntariamente, el 7.7% por fusión con otras compañías y el restante 14.4% por otros motivos. Las comunidades autónomas que presentaron un mayor número de disoluciones fueron Madrid (568), Andalucía (354) y Comunidad Valenciana (169). Por su parte, las que registraron menos sociedades disueltas fueron Navarra (9), La Rioja (10) y Murcia (29). Las comunidades con las tasas positivas más altas fueron Murcia (+163,6%), Asturias (+45,7%), y País Vasco (+33%). Por el contrario, las que presentaron las mayores bajadas fueron Navarra (-35,7%) y Cataluña (-23,5%).
Estos datos se suman al resto de batería de variables macroeconómicas que puntúan bien. No hay duda de que, en términos generales, el tejido empresarial goza de buena salud: la mayor parte de sectores y compañías están creciendo, se crean nuevas compañías a un ritmo que no veíamos desde hace casi diez años, y las nuevas sociedades concursadas son cada vez menores. Ahora mismo, cualquier empresa, sea del sector que sea y sea cual sea su tamaño, debe tener en su plan estratégico el crecimiento como pilar fundamental, porque el mercado está posicionado para que esto suceda, y es una oportunidad que vale la pena aprovechar, para ganar en tamaño y solidez y hacer a la empresa más fuerte y capaz de afrontar en mejores condiciones situaciones adversas futuras, y superar de esta forma una de las debilidades de la empresa española, su tamaño.
Para ello, la estrategia de financiación para empresas es fundamental: diversificar bien las fuentes de funding para no depender en exceso de un sector, el bancario, que sigue concentrándose, estructurar adecuadamente la financiación de corto y largo plazo para no estrangular la liquidez en caso de que la situación dé un giro inesperado y poder absorber bien la nueva inversión, y equilibrar bien la composición de la financiación entre deuda y capital para no dar lugar a empresas desequilibradas patrimonialmente, todo ello sin perder de vista ni un segundo la rentabilidad.
Para ello, la estrategia de financiación para empresas es fundamental: diversificar bien las fuentes de funding para no depender en exceso de un sector, el bancario, que sigue concentrándose, estructurar adecuadamente la financiación de corto y largo plazo para no estrangular la liquidez en caso de que la situación dé un giro inesperado y poder absorber bien la nueva inversión, y equilibrar bien la composición de la financiación entre deuda y capital para no dar lugar a empresas desequilibradas patrimonialmente, todo ello sin perder de vista ni un segundo la rentabilidad.