Un préstamo sindicado es un tipo de financiación en el que participan varias entidades financieras que se agrupan para conceder un crédito conjunto a una empresa. Esta modalidad se emplea especialmente en operaciones de gran volumen, como adquisiciones corporativas, proyectos de infraestructura o expansiones internacionales y es uno de los productos más habituales en el ámbito de la financiación estructurada.
La principal ventaja para la empresa prestataria es que puede obtener una elevada cantidad de financiación sin depender exclusivamente de una sola entidad, lo que reduce el riesgo de concentración de deuda y permite obtener mayores importes. Además, permite negociar condiciones más flexibles, como plazos largos de amortización o periodos de carencia.
El préstamo sindicado se estructura con un banco que actúa como banco agente, encargado de coordinar el proceso y gestionar las relaciones entre el prestatario y los demás bancos participantes. Es fundamental que las empresas evalúen bien las comisiones asociadas, que suelen incluir gastos de estructuración, gestión y éxito.
En 2021, Repsol firmó un préstamo sindicado por 1.200 millones de euros para financiar proyectos de energías renovables, demostrando el potencial del préstamo sindicado en el desarrollo de inversiones estratégicas.