
Por ejemplo, una empresa que prevea un litigio con un proveedor puede dotar una provisión que cubra los costes legales y la posible indemnización. De este modo, si finalmente se produce el gasto, su impacto en las cuentas anuales será menor, ya que ya estaba contemplado previamente.
La dotación a provisiones es especialmente importante en sectores donde existen altos niveles de incertidumbre o riesgo financiero, como la construcción, el comercio internacional o las empresas tecnológicas.
Además, la correcta gestión de las provisiones mejora la imagen financiera de la empresa ante inversores, bancos y auditores, al demostrar que la compañía adopta medidas preventivas para afrontar posibles contingencias.