
El descubierto bancario es una forma de financiación automática que permite a una empresa disponer de fondos adicionales cuando su cuenta corriente se queda sin saldo.
Este mecanismo puede activarse de forma inmediata y suele estar limitado por un importe previamente acordado con el banco. Es una alternativa útil para cubrir imprevistos temporales o gestionar desfases puntuales de tesorería.
El descubierto suele implicar intereses elevados y comisiones por uso, por lo que se recomienda utilizarlo solo en situaciones de emergencia o como solución temporal ante problemas de liquidez.
Las empresas que gestionan bien su flujo de caja pueden reducir significativamente la necesidad de recurrir a descubiertos bancarios, optimizando así sus costes financieros. Se trata de un mecanismo que no siempre estará a disposición de la empresa porque supone un riesgo para el prestamista, así que no es conveniente contar con él como heramienta habitual de financiación.