
El valor del colateral suele determinarse en función de su liquidez, es decir, la facilidad con la que puede convertirse en dinero en caso de impago. Cuanto más líquido sea el activo, mayor seguridad ofrecerá al prestamista. Sin embargo, si el valor del colateral se reduce significativamente durante el plazo del préstamo, el banco puede exigir garantías adicionales para proteger su posición, de forma que la volatilidad del valor también es un elemento clave para su valoración.
Aunque el colateral ofrece seguridad adicional, también implica riesgos para el prestatario. Si el bien entregado como garantía es esencial para la operativa del negocio, su pérdida en caso de impago puede tener consecuencias graves en la continuidad de la empresa.
En definitiva, el colateral es una herramienta clave en la financiación empresarial, ya que permite a las empresas acceder a créditos en condiciones más favorables y reduce el riesgo para las entidades financieras.