
La cobertura cambiaria es una estrategia financiera utilizada por empresas que operan en mercados internacionales para protegerse ante la volatilidad de las divisas. Consiste en utilizar instrumentos financieros como contratos de futuros, opciones o swaps para fijar un tipo de cambio que reduzca el riesgo derivado de la fluctuación del valor de las monedas.
Por ejemplo, una empresa exportadora que espera recibir pagos en dólares puede contratar una cobertura cambiaria para garantizar que el tipo de cambio no se deteriore durante el tiempo que tarda en cobrar sus facturas.