
La cláusula suelo es una condición incluida en algunos contratos hipotecarios que establece un interés mínimo que el cliente deberá pagar, incluso si el tipo de referencia (como el Euríbor) cae por debajo de ese límite.
Este tipo de cláusula fue muy común en España durante la década de los 2000 y provocó que muchos hipotecados no se beneficiaran de la caída del Euríbor durante la crisis financiera.
En 2016, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó que estas cláusulas eran abusivas si no se había informado adecuadamente a los clientes, obligando a los bancos a devolver los intereses cobrados en exceso.
Hoy en día, las cláusulas suelo están prohibidas en los nuevos contratos hipotecarios en España, pero siguen siendo relevantes en procesos judiciales por reclamaciones de clientes afectados.