Financiación para empresas: la declaración de bienes del avalista
La declaración de bienes de los avalistas persona física de una operación de financiación para empresas, es un documento que recoge el resumen de lo que la entidad financiera necesita conocer de los fiadores para evaluar su solvencia y supone uno de los documentos básicos del dossier bancario de la empresa. Es muy importante que sea un documento claro y conciso y que pueda documentarse todo lo que en él se refleja, así que se suele acompañar de otros documentos como la cirbe personal, las notas simples del registro de la propiedad de aquellos inmuebles que poseen los avalistas, o la declaración de renta, entre otros.
Se trata de un documento que la empresa debería confeccionar y actualizar con frecuencia en sus solicitudes de financiación para agilizar las renovaciones de líneas o pedir financiación nueva. Este sería el contenido mínimo que debería tener una declaración de bienes:
Datos identificativos
Lo normal es hacer una declaración de bienes distinta por cada avalista, así que es importante identificarlo de la forma más completa posible: nombre, apellidos, DNI, fecha de nacimiento, datos de contacto (email y teléfono móvil), estado civil y cargo en la empresa serían los datos mínimos imprescindibles.
Ingresos
El siguiente punto son los ingresos totales anuales obtenidos por el avalista y su desglose por procedencia, que normalmente se podría dividir en:
- Ingresos del trabajo o actividades económicas.
- Ingresos obtenidos de inversión en productos financieros, depósitos bancarios, dividendos o cupones de renta fija, entre otros.
- Ganancias y Pérdidas Patrimoniales derivadas de la compra venta de acciones o fondos de inversión, por ejemplo.
- Ingresos obtenidos por arrendamiento de inmuebles
- Otros ingresos de carácter personal de cualquier otra procedencia.
Activos en propiedad
En cuanto a los activos en propiedad es importante identificarlos bien, informar la valoración aproximada de cada uno de ellos, el uso al que están destinados y las posibles cargas que pudieran tener.
El activo más habitual en este apartado es el activo inmobiliario, pero no sería el único, porque aquí la casuística es muy amplia: productos financieros de cualquier tipo, embarcaciones, participaciones empresariales en sociedades no cotizadas, patentes, marcas, obras de arte o joyas, y en general cualquier activo con un cierto valor que sea posible identificar correctamente y del que sea posible obtener una valoración más o menos ajustada a la realidad, y lo más objetiva posible.
Deudas y otras obligaciones
Por último es importante detallar las deudas del avalista de lo forma más completa posible, tanto a nivel individual como a nivel agregado. En este caso lo imprescindible sería:
- Entidad acreedora de la deuda.
- Producto de financiación contratado.
- Importe inicial e importe actual.
- Fecha de inicio y fecha de vencimiento.
- Activo que la garantiza, si lo hay.
- Cuota mensual.
Es importante que, además de la información detallada de cada apartado, exista un apartado resumen que permita comparar las cuatro magnitudes básicas que se pretenden obtener en este documento: activo y deuda por un lado, para evaluar la solvencia, ingresos y cuotas de financiación por el otro, para evaluar la capacidad de pago.